El sobre opera como una frontera ambigua entre la curiosidad y la reserva, sosteniendo la tensión entre el deseo de saber y la necesidad de preservar el secreto. En ese umbral entre lo visible y lo velado, la exposición reflexiona sobre el archivo personal desde lo que se conserva, lo que se borra y lo que persiste como resto afectivo.

Dentro, la cera de colores vela y revela, cubriendo rostros, borrando identidades y dejando entrever la fragilidad de lo oculto. Las imágenes y textos —conformados por coordenadas, textos cortados y mensajes secretos— conforman un juego entre lo dicho y lo callado, entre mostrar y preservar. La repetición aparece como un gesto insistente, una manera de retomar lo mismo desde distintas variaciones, como si al reiterar las palabras se intentara fijar algo que se escapa o se resiste a ser recordado.

La presente exposición se compone de 24 impresiones sobre papel y 11 piezas trabajadas sobre sobres. Los sobres incorporan impresiones tomadas de otras obras, secciones que al desplazarse se descomponen y reconfiguran, del mismo modo en que la memoria se altera al recordarla.